Buscando culpables
Las formas en que funciona nuestra mente subconsciente son asombrosas, pero sin competencia está el mecanismo que busca echarnos la culpa nosotros mismos como niños, antes de creer que nuestros padres están fallando por protección.
Ocurre algo maravilloso en esta dinámica de buscar y encontrar culpables, porque en aras de buscar las opciones menos dolorosas, nuestra mente subconsciente va a escoger creer que nosotros estamos "rotos", que somos "malos", que no somos dignos o merecedores, o nos merecemos el maltrato o la negligencia por cualquier razón, antes de creer que nuestros padres son negligentes, neuróticos, inmaduros o simplemente incapaces
¿Por qué ocurre esto?
Porque es menos doloroso pensar "me merezco esto que me está pasando porque soy malo", que "mi mamá no me quiere", y al mismo tiempo, la primera opción no pone en riesgo nuestra supervivencia como la segunda, porque quizás y solamente quizás, "si me esfuerzo suficiente y logro lo que quieren de mi, y dejo de ser malo, entonces me quieran". Que no es lo mismo que creer "mi mamá no me quiere y no hay solución para hacer que me quiera". Colocando la culpa en nosotros logramos que de alguna forma, encontremos una opción de solución.
El problema con esa solución es que es traicionar nuestra autenticidad, es convertirnos en personas que no somos, con identidades que complacen a otros pero no a nosotros. En ese proceso nos perdemos de una etapa muy hermosa de nuestras vidas que es la exploración de nuestros gustos en la seguridad de nuestros núcleos familiares. A nuestros padres, nuestra sociedad, nuestros vecinos, nuestros amigos. Y borramos nuestro propio estándar de autenticidad.
A partir de esa traición a nuestra propia persona ocurre una ruptura en nuestra conexión con nosotros mismos, porque estamos priorizando la conexión con otras personas sobre nuestra autenticidad, y con esa ruptura ocurre también la ruptura con nuestro cuerpo además de la incorporación de muchas creencias limitantes como: no valgo, pero puedo trabajar para ser valioso, nadie puede quererme pero si hago lo que quieren quizás sí, no me merezco cosas buenas pero quizás si logro las cosas que ellos quieren, entonces sí.
La compensación es inacabable, y si caemos en esos ciclos nos encontraremos tratando de buscar aprobación en lugares inapropiados, buscando ser valiosos a través de títulos o actos de servicio que nos agotan, juntándonos con la primera persona que nos muestre señas de aprecio, e ignorando situaciones de peligro para nosotros en función de ser aprobados o aceptados.
Si éste es tu caso, no es necesario que sigas sufriendo. En una sola sesión e hipnoterapia es posible desarticular esos mecanismos, y luego con tiempo ir incorporando las nuevas actitudes y hábitos que te van a llevar a reconectar con tu esencia y autenticidad. Nunca es demasiado tarde.