Sobre caerte bien
Imaginate que un día random te encuentras contigo por la calle, ¿cuál es tu primer pensamiento?, ¿te caes bien?, ¿te gustas?, ¿te gustaría ser tu amigo?.
Lo más probable es que este ejercicio sea algo que no has hecho antes, y por eso jamás te has visto desde el lugar de otra persona, así no sabes qué opinión tienes sobre ti mismo. Cuando lo hagas, no te olvides de preguntar, ¿qué edad tiene el que está juzgando?.
Castigarte porque eres de cierta forma o piensas de cierta forma o reaccionas de cierta forma para cambiarte no sirve.
Y es que sin entendimiento, sin alguien que reciba a esa persona que nunca fue entendida, vista, escuchada; que nunca gozó del privilegio de la paciencia y la compasión de un adulto disponible y regulado, jamás va a haber espacio para n
Spoiler: no sirve. Te vas a alejar más de ti, y te vas a odiar cada vez más por tratarte con tanta brusquedad.
En la búsqueda de caerte bien vas a encontrar quien eres y lo valioso que eres, sólo por ser tu. Sin necesidad de amarte todavía, solamente estás buscando caerte bien; y es que hay menos resistencia.
Caerte bien significa dejar de juzgarte por lo que te pasó, lo que hiciste, lo que dejaste de hacer, o lo que nunca te pasó. Significa aceptación radical a quién eres, por quien eres, que es algo a lo que -si estás leyendo esto- probablemente no estés acostumbrado.
No estás acostumbrado a caerte bien porque no sabes quién eres, y no sabes quién eres porque no te amaron por quién eras, sino por lo que hacías o lograbas.
Empezar a caerte bien es tomarte la molestia, y darte el lujo al mismo tiempo de buscar en ti las partes que han surgido de adaptaciones a sufrimiento, para aceptarlas, recibirlas, reconocerlas, y transformarlas para poder estar orgulloso de quien eres, de quien has construido, de quien permites que exista en ti.